viernes, 14 de diciembre de 2007

Buffalo Bill ha muerto

Ficha
Título:Bufalo Bill ha muerto
Autor:e e cummings
Editorial:Hiperión
Sección: Poesía


En una escena de la película Hanna y sus hermanas de Woody Allen, Michael Caine se lo jugaba todo en una pequeña librería e intentaba conquistar a su cuñada Bárbara Hersey con la lectura de uno de los más bellos poemas de amor de la lengua inglesa. El poema es el LVII del libro W [ViVa] y empieza así, con minúscula obligada: “en algún lugar adonde nunca he ido, gozosamente más allá/de toda experiencia, tus ojos tienen su silencio” y termina con el inolvidable: “nadie, ni siquiera la lluvia, tiene unas manos tan pequeñas”. Este hermoso y accesible poema leído con acento británico por Michael Caine sirvió para que mucha gente se enterara de que existía alguien llamado e.e. cummings, un irónico y maligno poeta norteamericano capaz de escribir así, con minúsculas obligadas, las cosas más maravillosas. Pero yo no lo conocí gracias a la película, sino a Miguel Pérez (compañero de Maestro Victoria) que me lo recomendó el verano del 2004 porque sabía que yo andaba buscando algo distinto, original, que no me dejara indiferente. Y acertó, gracias a dios (con minúscula).

Fuera de toda escuela, categorización o corriente, el inclasificable cummings exhala virulencia y creatividad por los cuatro costados. Demuestra una soberbia destreza técnica para combinar metros y rimas y un manejo libérrimo de la puntuación, el espacio y la disposición gráfica, con ruptura incluso de la palabra: “in(abeja)mó/v/i(en)l/estás(l/a)tú(ú/nica)dor(rosa)mida”. Sin embargo, a pesar de su originalidad y sus juegos tipográficos, no podemos dejar de señalar la huella que los poetas clásicos han dejado en toda su obra. Así encontramos temas de la tradición tan conocidos como el carpe diem (poema cuatro VII de Es 5: “mientras la primavera está en el mundo...”) o el tempus fugit (poema VII de Poemas de The dial papers: “y cuando la manoseada/flor de tu boca/esté vieja,fría y ajada...”).

En 1917 cummings se enrola en el Cuerpo norteamericano de Ambulancias Norton-Harjes para participar en la I Guerra Mundial. Es destinado a París, donde conoce el cubismo, que tanto influye en su concepción visual de la poesía: la disposición de los espacios en la página, el movimiento, los planos diversos y la simultaneidad. Todo esto, unido a la ruptura de las normas ortográficas, morfosintácticas y semánticas, los neologismos, las metáforas originales, en las que se advierte un deseo de evasión de la realidad de los objetos, es lo que acerca por momentos la poesía de e.e. cummings al Creacionismo. Movimiento representado por el francés Reverdy y el chileno Huidobro, que surge en el París de aquellos años. Me estoy refiriendo a poemas como Reflexiones (IX), fechado en 1918:

una Mujer
                 de bronce
triste
                                 se yergue 
junto a la bocama
una mujer algo vieja
                                                   en camisón
                                                     que sostiene en alto una
antorcha
Siempre
              una mujer cansada
               ha tenido hijos
                                                   y Ellos se han olvidado
              de vigilar
                                    permanentemente
el mar

Pero si hay un rasgo constante en la poesía de cummings, es el humor. Un humor ferocísimo, iconoclasta, a veces vulgar: “un político es un culo/en el que se ha sentado todo el mundo salvo un hombre”, y a veces, casi siempre, irónico: “cuando las serpientes negocien su derecho a reptar/y el sol se declare en huelga para conseguir un sueldo decente—/cuando las espinas miren alarmadas a sus rosas/y los arcos iris cuenten con un seguro de vejez”.

El estilo de cummings se caracteriza por su inconformismo tipográfico (del que no se salva su propio nombre: e e cummings), sus distorsiones sintácticas, su puntuación inusual, los neologismos y el empleo libre de los ritmos del jazz y la jerga de los barrios bajos. Aunque el contenido emocional de su poesía parece en primera instancia cínico, básicamente es lírico y casi romántico.

Con su obra realiza un especial trabajo sobre la lengua: valora los seres pequeños, anónimos y marginales, repudia las restricciones impuestas por la sociedad y los sistemas intelectuales; rechaza el estilo de vida estadounidense considerando represiva su idea del progreso, critica la guerra, se burla del gobierno... vamos, que no deja títere con cabeza. Es irrespetuoso con todo lo que cree oportuno serlo, como tampoco respeta sus poemas, a los que maltrata, juega con sus formas, sus ritmos, hace lo que quiere en total libertad para obtener resultados que pueden ser confusos, ágiles, intensos, líricos o románticos, pero que jamás dejan indiferente. Tal vez sea ese el mayor logro de e.e. cummings, que no deja indiferente. Sus poemas sorprenden incluso en el siglo XXI (al menos a mí me han sorprendido).

Para e e cummings el poeta es “aquel que desvelará los abismos del horror para defender/con su vida la arquitectura de un rayo de sol”. Ahí queda eso. Luego se murió.


Manuel

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pido perdón por la extensión del post en contra de mis propios criterios, pero es que yo tampoco he podido controlarme y como veo que Alberto va por este mismo camino pues nada, que cada uno lo cuente a su manera, pero lo mejor es intentar no extendernos demasiado.

besitos a todos.