miércoles, 9 de abril de 2008

Lectura para estar en la "zona"

Título: Zona Fría
Autor: Jonathan Franzen
Editorial: Seix Barral
Sección: Narrativa extranjera

El autor: Nació en Ilinois y tiene 49 añitos. Lo conocí hace unos años cuando se publicó en España Las correcciones y le hice una entrevista para Delibros. Después del encuentro y de que me firmara el libro, cuando iba en el metro camino a casa, me di cuenta de que la mitad de la entrevista no estaba grabada (problemas técnicos) así que no tuve más remedio que inventármela. Pero quedó muy bien.

La obra: Después de hablar tanto de la vida del autor será mejor meternos directamente en su obra. Este fin de semana leí una crítica acerca de la misma en ABCD escrita por Juan Manuel de Prada en la que ponía el libro poco menos que a parir. Como yo ya había leído el libro pensé con mi modestia habitual: este Juan Manuel de Prada no sabe leer, ha escrito algunos libros que valen la pena, vale (Coños, Las máscaras del héroe y punto, el resto es que ya desde la portada tiraban para atrás), pero no tiene ni idea de lo que dice. El caso es que resume el libro bastante bien así que os invito a leer la crítica. 

Que quede claro que Zona Fría no es una novela. Es más bien un ensayo o relato autobiográfico en el que el autor rememora algunos momentos de su infancia y juventud, reflexiona acerca de sus vivencias ya como adulto y escritor de pro y divorciado e hijo de una madre neurótica y un padre autoritario. Hay mucha anécdota, sí, pero también hay mucha literatura. Franzen sabe cómo llegar a trascender a partir de lo inane pero sin que se note mucho. El libro está dividido en varios capítulos que se centran en momentos más o menos concretos de su vida y de ahí va tirando de oficio y saber hacer y leerlo sienta como una cerveza fría después de una dura jornada vendiendo libros, buñuelos de viento o pastillas para la tos. Lo que más me gusta de este libro es que no es una novela pero está escrito como si lo fuera o, como decía Umbral, metiéndole a todo algo de literatura. Leí el primer capítulo por simple curiosidad, para ver qué me contaba este tío con el que charlé una vez, para comprobar si quedaba algo de aquello que leí en Las correcciones. Después de este primer capítulo ya no pude parar, y no porque me enganchara la trama (que no hay), sino porque después de un día entero trabajando y sin nada interesante en la tele, la cama o la nevera, el cuerpo me pedía algo más de Franzen, vete a saber por qué. No sólo de novela histórica vive el hombre.

Luego un vaso de leche y a la cama.

Manuel


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Manolo, tío: ¡eres el puto amo! Voy a echarle un vistazo ahora mismo a la no-novela.

Michelle Djerziski

Anónimo dijo...

ooooooooooh que importante le hiciste una entrevista!!!!

Anónimo dijo...

Oooooooh pues también se la hice a Don DeLillo... me queda Murakami jajaja

Michelle ya me contarás!!

Anónimo dijo...

niputaidea tenía de tu labor periodística mamoncete, qué callado te lo tenías

me queda por leer las correcciones del franzen este

haver si borvemos ar pepe boteya

un abrazo


Madiel